Y es que claro, sólo escribo cuando estoy triste.
Algo bueno entonces, tiempo sin estar triste.
* Cabellos de oro y ojos de lobo.
Llegaste a mi seno izquierdo
con el frío hincón de tu lanza.
Al partir me dejaste
una nueva derrota,
Con sabor a pasado, a tabaco,
a chocolate, a té.
A eco sin respuesta.
Pupilas de fuego, alma ambigua
Dejaste también, una herida húmeda.
No importa (me digo),
pronto serás lucha pasada.
(Y hasta a lo mejor,
si llego a despertar,
sólo un sueño estúpido)*