No strings

No.
No.
No.

Sí, sí y sí y mil veces sí.

Ahora entiendo cómo es que pasa.
Cómo se ve engrisceciendo la diástole, petrificándose la sístole.
Ahora veo, el pequeño rayo de luz achicarse, a medida que la muralla va cubriéndolo. Cada golpe, usado como ladrillo para bloquear el siguiente dolor.

(Un rayito de esperanza aún se refleja en el alma).

Mientras tanto día a día, un cinismo incontenible llega como estampida. Pisoteando inocencias, robándose la poquita magia. Degollando mi esperanza.

No. No eres tú Tony.
No. No eres tú Lev.
No. Tampoco tú, aunque yo quisiese que lo fueras.

Tampoco tú Alvaro (tiempo sin escribir tu nombre).

Soy yo. Sí.
Sólo yo. Sí.
Sola yo. Sí.

Acostumbrándome a morder la soga cuando ya no puedo, y aguantar sin gritar. O gritar bajito, llamando los nombres comunes.
Mientras que, en la pantalla de una TV o una computadora; miro ya con ojos secos, lo que tanto anhelo.

GF

Hoy me he vuelto a enamorar. Como una quinceaniera. Osea, platónicamente.

Tú: Nombre de ángel y sonrisa de diablo. Interesante al extremo. Peligrosamente atractivo. Alma libre, que atrapa a otras similares.
Yo: Perdida, te encuentro. Terca, tozuda. Tímida, pero infinitamente curiosa. Mirándote de reojo. Sarcástica. Torpe. Aún, con rezagos de belleza.

Qué lindo sería! Qué romántico, qué adolescente.
Que simple la realidad, en donde nada de esto tiene cabida.

Pero fue bonito, por 3 días, creer en la magia del destino. Por un segundo pensé que tal vez, tú y yo... escheriano concepto. Arriba abajo, adentro, afuera.
Afuera.

Definitivamente afuera.

Y fuera de mi liga.