Monday, October 3

6 am

Estabas ebrio.
Supongo que yo creo que así expresarás mejor tus “verdaderos sentimientos”. Nos encontramos en algún lugar. Y ahí empezaste. Lo mas gracioso es que yo adopté la misma actitud. Como si no me importara. Como si lo hiciera de favor.
Y estaba tan feliz, de escucharte hablar enredado, escucharte decir todas las cosas que yo quería oír, que perdoné todo de inmediato, ni pregunté que había pasado, ni porqué lo habías hecho. No pensé en el dolor, la soledad, el miedo.
No pensé en nada, sólo en que estabas ahí y me abrazabas de nuevo y yo me sentía segura de nuevo. Una niña de nuevo.
Y me continuaba engañando a mí misma, pensando qué hacer, cuando en realidad yo ya no tenía opción.
Y así pasaron horas. O minutos, o segundos.
Completas. Tranquilos, seguros.
Y al final de eso, empecé a presentir el engaño. Sabía que no podía ser cierto, que era irreal. No hubiese querido aceptarlo, pero es mejor enfrentar las cosas rápido.Abrí los ojos, sentí el frío. Me dió mucha tristeza, casi la suficiente para llorar.
Pero no lo hice.
En cambio te abracé y pensé en la suerte que tengo de que estés a mi lado. Y volví a cerrar los ojos. Y pensé en verde y rosado.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home