tom
ese día sólo quería verlo llorar, sólo una vez.
estábamos destinados a defraudarnos, pues defraudamos a John (quien era mi novio y su mejor amigo) al enamorarnos. y cuando pasó, fue como si estuvieramos poseídos.
no nos podíamos controlar.
nos agarrábamos ambas manos y dábamos vueltas hasta marearnos y caer como niños. él hizo estrellas con la estática de la colcha en la cama. había magia. bailabamos y bailabamos. leía mi mente. yo era toda yo, sin reparo, él todo él, y el cielo se abrió.
era una atracción no de este mundo. fuimos con ella. todo era pasional. demasiado. quizas yo soy así, apasionada. y aunque nos amáramos mutuamente y fuéramos a terapia de pareja, no iba a funcionar.
todo era un extremo. no existían tonos grises.
hacía ya dos meses que no nos hablábamos. sólo lo necesario. yo estaba ahorrando para irme del país y poco a poco enviaba cajas con mis pertenencias por correo. él lo sabía. esos dos meses fueron los peores dos meses de mi vida. tener que sentir a quien amas cerca de ti y sentir su odio. sentir que ni siquiera te quiere mirar a los ojos. sentir un aire estancado y putrefacto. sentir rencor. mis huesos estaban trancados, lloraba literalmente todos los días cuando él no estaba,dormía...queriendo escapar mi realidad, un infierno.
yo no lo podía creer, después de cuatro años, sabiendo que ese día yo me iba. rota por dentro, cada paso que tomé fue en cámara lenta hacia mi reparo. saqué coraje para poder decirle, reclamarle: "me voy! por dios despídete de mí, no ves que me voy! este es el final, no vuelvo!".
y por fin me miró a los ojos.
gritó con tanto coraje.
y le vi una lagrima. una sola lágrima.
sólo eso.
sólo saber que tenia lagrimas. solo saber que le importe. que su vida cambio por mí. sólo quería verlo llorar por algo preciado que murió.
nunca mas lo vi.
y un pedazo de mí murió para siempre.
estábamos destinados a defraudarnos, pues defraudamos a John (quien era mi novio y su mejor amigo) al enamorarnos. y cuando pasó, fue como si estuvieramos poseídos.
no nos podíamos controlar.
nos agarrábamos ambas manos y dábamos vueltas hasta marearnos y caer como niños. él hizo estrellas con la estática de la colcha en la cama. había magia. bailabamos y bailabamos. leía mi mente. yo era toda yo, sin reparo, él todo él, y el cielo se abrió.
era una atracción no de este mundo. fuimos con ella. todo era pasional. demasiado. quizas yo soy así, apasionada. y aunque nos amáramos mutuamente y fuéramos a terapia de pareja, no iba a funcionar.
todo era un extremo. no existían tonos grises.
hacía ya dos meses que no nos hablábamos. sólo lo necesario. yo estaba ahorrando para irme del país y poco a poco enviaba cajas con mis pertenencias por correo. él lo sabía. esos dos meses fueron los peores dos meses de mi vida. tener que sentir a quien amas cerca de ti y sentir su odio. sentir que ni siquiera te quiere mirar a los ojos. sentir un aire estancado y putrefacto. sentir rencor. mis huesos estaban trancados, lloraba literalmente todos los días cuando él no estaba,dormía...queriendo escapar mi realidad, un infierno.
yo no lo podía creer, después de cuatro años, sabiendo que ese día yo me iba. rota por dentro, cada paso que tomé fue en cámara lenta hacia mi reparo. saqué coraje para poder decirle, reclamarle: "me voy! por dios despídete de mí, no ves que me voy! este es el final, no vuelvo!".
y por fin me miró a los ojos.
gritó con tanto coraje.
y le vi una lagrima. una sola lágrima.
sólo eso.
sólo saber que tenia lagrimas. solo saber que le importe. que su vida cambio por mí. sólo quería verlo llorar por algo preciado que murió.
nunca mas lo vi.
y un pedazo de mí murió para siempre.
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