oh dios!
si existes,
como existe el vino
(que ahora llena mis mejillas)
debes reconocer,
con humildad
la divinidad de esta canción:
La indómita luz
Se hizo carne en mí
Y lo dejé todo por esta soledad.
Y leo revistas
En la tempestad
Hice el sacrificio
Abracé la cruz al amanecer.
Rezo, rezo, rezo, rezo.
Morí sin morir
Y me abracé al dolor
Y lo dejé todo por esta soledad
Ya se hizo de noche
Y ahora estoy aquí
Mi cuerpo se cae
Sólo veo la cruz al amanecer.
Rezo, rezo, rezo, rezo por vos.
Y curé mis heridas
Y me encendí de amor
Y quemé las cortinas
Y me encendí de amor, de amor sagrado.
Y entonces rezo.
Rezo, rezo, rezo, rezo por vos.
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